Papalotear
Ficha técnica
Intérprete: Erica Ventre
Vestuario: Analía Manouelian
Diseño de Luces: Betina Robles
Música: Raúl Barboza
Coreografía y Dirección: Luciana Fiszman
Fotografía: Jorgelina Rueda
Diseño gráfico: Rodrigo Ramirez Gisbert
Asesoramiento y Tutoria: Laura Papa, Gerardo Litvak
Duración: 20 minutos
Papalotear, esfuerzos vanos para mantenerse
en una posición difícil se anuncia como titulo y puerta de entrada al universo
de Luciana Fiszman como directora y coreógrafa sumado a la entrega, dedicación
y prestación de Erica Ventre como intérprete. El despliegue de la obra se
centra en motivos de movimientos que se repiten sobre una estructuración de
propuesta de un tema y sus variaciones en el cuerpo. El acento se ve mayormente
en el trabajo de variaciones del esfuerzo, o sea, de la energía, y en el
trabajo de fragmentación y disociación de los dedos de las manos.
El discurso
poético que despliega la obra tanto desde la construcción corporal como las
sombras, y luces que propone el diseño de luces de Betina Robles, y los ajustes
en relación a la música permiten compartir un mundo muy particular y mágico. Se
da la combinación de un “cuerpo insecto” generado a partir de vibraciones,
sacudidas súbitas y gestos pequeños y copiosos los cuales dan el permiso a la
interpretación de aleteos, antenas y patas de insecto. Esto se suma a una
constante negación del rostro por la utilización del cabello hacia adelante y
la cabeza baja, que cuando se deja ver (disimuladamente) pareciera dar cuenta
de una mujer atacada, semitragada o secuestrada por este insecto. Su gesto y su
mirada en esos lapsos transparentan una separación y contraste de personajes en
una metamorfosis de los dos a través de toda la obra.
La relación
con la música propuesta por Raúl Barboza invita a un mundo cercano al folklore
estilizado en donde participa el acordeón como uno de los elementos que más
sobresale. La jerarquización de este instrumento se da por el ajuste a los
posibles movimientos de este en relación con contracciones y estiramientos de
la intérprete (vistos desde espaldas) que permitían la correspondencia entre su
espalda y/o costillas y el instrumento.
Papalotear es
una obra escénica que transita por posiciones difíciles, nada vanas viendo que
nos permite ingresar a un mundo natural muy particular en un trabajo de
movimiento que se profundiza y despliega, desde lo simple de una unidad de
movimiento, que se repite en variaciones del esfuerzo.
Brasil de María Ucedo
Ficha técnico artístico
Teatro EL
EXTRANJERO Valentín Gómez 3378
Entrada:
$ 70,00 - sábado - 21:00 hs
Duración:
60 minutos
El tiempo no es sino el espacio entre nuestros recuerdos.
Henry
F. Amiel
Si busco en mis recuerdos los que me han dejado un sabor
duradero, si hago balance de las horas que han valido la pena, siempre me
encuentro con aquellas que no me procuraron ninguna fortuna.
Antoine de
Saint-Exupery
Brasil es el primer
unipersonal de María Ucedo, una de las fundadoras e integrantes de la
emblemática Compañía El
Descueve (Carlos Casella, Ana Frenkel, Mayra Bonard y Gabriela
Barberio). La obra despliega diversos lenguajes
artísticos, fiel a un arte contemporáneo donde encontramos la convivencia multidisciplinar
en una misma obra. La expresión a través del cuerpo en movimiento, el teatro,
el canto y lo multimedia se presentan como el andamiaje para presentar las
temáticas de esta obra. Por todo esto podríamos decir que “Brasil” es una obra
de arte escénico más que alguna otra categorización.
La obra transita entre
momentos graciosos de personajes cerca de lo
estereotipado (como el lugar de la mujer que le pide un tiempo al novio
y cuando lo pierde, lo quiere de vuelta pidiéndole que vuelvan
desesperadamente) e imágenes oníricas como el comienzo de la obra, despliegue
de la imagen gráfica donde se ve una mujer empollando huevos.
Este comienzo expone una
propuesta sonora, de imagen (huevos desparramados en el piso sumado a la sombra
de una iluminación tenue), de construcción de movimiento (la sutileza de bailar
por entre los huevos sin tocarlos, y luego moverlos sin romperlos) y emocional
(la relación de cariño, perdida, cuidado y amor que tiene con los huevos) como
potencialidad de propuesta a tratar a través de la obra. Esta primera parte
presenta un mundo de sutileza, detalle, cuidado, cariño que se expresa en el
cuerpo en la relación que tiene la interprete con los huevos. Sus gestos
implicaban variados estados de ánimo desde temor, amor, atención, ternura,
afecto, lo cual la iba transformando a ella en madre, padre, amigo, novia,
compañero, colega en sus diferentes gestos.
En su desarrollo se sucede el
despliegue fragmentario de imágenes y anécdotas recordadas que van tejiendo un
mundo en relación a lo onírico, el recuerdo y la memoria. La utilización de los
objetos (huevos, bolsa, guardapolvo, pelo, puf) y las secuencias de relatos de
diversos personajes parecieran dar la pauta de las relaciones y aprendizajes de
una persona contado por los personajes que influenciaron a lo largo de su vida.
O sea, se despliega algo sobre la historia y la vida de la persona contada
desde los personajes secundarios, sin hacer mención de quién es el sujeto que
recuerda y que sintió, que padeció y que disfruto de estos momentos. Una
historia contada sólo por sus huellas.
La propuesta actoral y el
despliegue de los diferentes personajes es impecable con la salvedad de toda la
potencia la belleza y detalle que propone y anuncia la primera parte (el juego
con los huevos) que no se llega a desplegar a través del resto de la obra dejando
olvidado tan bello recuerdo.
La lengua…
de la comunicación
Por Sonia Irene Massone
Autoría:
Leticia Mazur
Intérpretes:
Leticia Mazur
Co-dirección:
Elisa Carricajo, Barbara HAng
Dirección
general: Leticia Mazur
Al entrar en la sala la instalación de la escenografía es
lo primero que llama la atención. Grandes placas de madera atraviesan el
espacio desfasando un espacio cuadrado clásico a uno en donde las paredes
nos muestran sus ángulos incompletos (una no se toca con la otra).
Comienza la obra y una gran quietud, con intensa carga emotiva
(apoyada por una iluminación que acompaña) va aumentando su intensidad, su
densidad en relación a la duración del gesto. A través de
toda la obra se manifiestan variados climas, como casi géneros
cinematográficos propuesto desde la iluminación, la música
y los movimientos. Se puede distinguir: el amor, la emoción, el
suspenso, la ciencia ficción, la tristeza y el drama entre
otros.
Todos estos climas son percibidos por la gran
diversidad de gestos (especialmente de la cara) que posibilitan todos
estos universos de contraste. Así mismo la utilización de los
recorridos espaciales y las duraciones temporales construyen un mundo
particular en donde se proponen hitos que se repiten apelando a la memoria y al
recuerdo. El espacio se expresa desde una precisión y limpieza casi obsesiva, así
como la repetición y duración idéntica con respeto a los movimientos
los cuales a su vez van teniendo diferencias respecto a la incrementación de la
velocidad en el discurrir de la obra. También se puede ver una graduación, de
mayor a menor, en donde la obra comienza con una gran definición de los lugares
y los gestos, y termina con algo parecido a un collage. Hacia el final se presenta todo lo ya
expuesto fragmentado, mezclado y acelerado.
Entre estos movimientos se presentan elementos (algunos más
fáciles de distinguir que otros) de ciertos lenguajes o códigos como: el
mimo, la danza contemporánea, la danza clásica, el break
dance, el tap, y algunos otros más cotidianos como: ponerse un cinturón,
tocar la guitarra, saludar con la mano, hacer el gesto de
decir hola, pedir un cigarrillo, dar un beso, dar una cachetada.
Todos estos elementos se muestran fuera de su contexto habitual
lo cual los hace verse extrañados o vaciados de todo sentido original. Estos se
combinan de cierta forma y a lo largo de la obra se recombinan,
se repiten, se intercambian y se realizan en otro lugar espacial, con
diferentes movimientos anteriores y posteriores sin casi modificar las formas
en el cuerpo y los esfuerzos para cada uno de ellos. Lo que si va cambiando a
lo largo de la obra es la velocidad con la que
los realiza terminando con una gran velocidad en los movimientos.
Toda la obra va construyendo en el cuerpo aproximaciones a ciertos
códigos y lenguajes que en un comienzo se perciben como gestos lentos,
extensos, casi como en una suspensión de tiempo y que se van acelerando a
través de toda la obra. Su desarrollo llega hasta la presentación de episodios
fragmentados sobre diferentes áreas, lenguajes y códigos que se repiten y se varían
con una gran destreza de coordinación entre movimiento y expresión.
Otro elemento interesante que plantea la obra es la relación
entre el movimiento, la música y la iluminación proponen un
entramado en donde no se sabe muy bien quién dirige a quien. A través de los
ajustes entre los tres se van tejiendo lazos en donde el discurrir nos permite
interpretaciones posibles a estos micro mundos que se despliegan en la obra.
Podríamos aproximar una interpretación posible que intenta expresar la
obra en relación al lenguaje como temática (ya sea en este idioma, en otro, en
el lenguaje de la danza clásica, contemporánea o el teatro) en donde
este muchas veces se contradice o esta vacía del sentido que intenta expresar.
Sus elementos dicen más de lo que quieren decir y a veces lo opuesto de lo que
quieren decir. “La lengua” es el despliegue de ese lenguaje de elementos y
códigos tan cerrados que en su práctica y en su uso producen múltiples
significados y despliegan nuevos sentidos a lo mismo. De adelante para atrás o
de atrás para adelante, lo que nos comunica son las emociones y todo eso que
viene mucho antes de la palabra dicha y escrita como para-lingüístico.
2013 Febrero – “La lengua de la comunicación” Texto crítico sobre la obra escénica “La lengua” con la interpretación y dirección de Leticia Mazur. Y otro texto crítico sobre “Brasil” con la dirección de María Ucedo. En la revista virtual de danza DanzaNet.com.ar
2013 Febrero – “La lengua de la comunicación” Texto crítico sobre la obra escénica “La lengua” con la interpretación y dirección de Leticia Mazur. Y otro texto crítico sobre “Brasil” con la dirección de María Ucedo. En la revista virtual de danza DanzaNet.com.ar